Viaje místico al rio Paraná, donde todo puede suceder.

Habían pasado tres meses y seguíamos con los preparativos, Roberto Galbarini y Ariel Najle me contaban las historias que habían vivido hacia cinco años atrás mientras atábamos variedad de diversos patrones de moscas para las diferentes especies que habitan este fascinante y extenso curso de agua. Hacía largo rato que venía con un claro objetivo en mente, pescar un Pacú. Lo más importante era charlar y compartir las experiencias ajenas para así poder aprender de los errores y tratar de no repetirlos, igualmente cuando se presenta una oportunidad, la tranquilidad desaparece y se llegan a cometer hasta los errores más simples.

Una tarde Ariel pasa a visitarnos por la fábrica entusiasmado con nuevas ideas para lograr imitaciones de frutos más realistas (Antiguamente se utilizaban bolitas de plástico rígido que presentaban algunas desventajas, actualmente se están incorporando varias versiones de diferentes materiales blandos) la idea básicamente fue lograr imitaciones de similar peso pero más blandas y hechas a mano para poder darles diferentes formas, también nos mostró como podían ser coloreadas con tonos en degrades bien realistas. Una de las mayores ventajas que tienen es que al entrar en la boca del pez la misma puede ser tomada con mayor confianza, otra ventaja no menor es que si por casualidad nos golpeamos con una de estas, suele doler mucho menos que si nos pega una de sus solidas primas. En otra de las reuniones previas al viaje Roberto ató un nuevo modelo de streamer para dorados, de buen cuerpo, pero a la vez liviana, teniendo siempre en mente lograr mayor distancia sin la pérdida del volumen que necesita una mosca para tentar al tigre, por otra parte, este tipo de moscas más livianas nos permite terminar la jornada de pesca mucho mas descansados.

El tiempo finalmente se frenó, nos reunimos con Ariel y Roberto para cargar el vehículo y comenzar el viaje que tanto habíamos ansiado hacer juntos. Buenos Aires/Yahape, ruta 14, desvío a Mercedes, desvío a Salinas y un atajo que nos retrasó cinco horas, pensábamos llegar a las dos de la mañana, pero llegamos para el desayuno en Yahape, puntual a las siete. Esa mañana en vez de ir a dormir nos fuimos directo a saludar al queridísimo Rio Paraná, algunas vueltas por el pueblo y unas tres horas de sueño después nos arrimaron al mediodía. Almorzamos en compañía de buenos amigos y para la digestión nos adentramos en armado de equipos y atado de moscas, como la ansiedad no nos dejó dormir la siesta nos fuimos a hacer los primeros intentos, de costa, nomás ahí en el embarcadero, hay lindas correderas que se forman entre piedras costeras sumergidas, equipo #5 con línea de flote y streamers pequeños, símil trucheros nos regalaron un atardecer lleno de piques y capturas entre doradillos y enérgicos salmones (Pirapita).

Esa noche, tuvimos nuestra primera cena en destino, bien apropiada para llenarnos y dejarnos dormir algunas horas, tan necesarias para darle comienzo, ahora sí, a mi primer viaje de pesca en el Alto Paraná. El planteo para el primer día de pesca fue tomar una táctica alternativa, para definir si se pesca más en una embarcación silenciosa, corrigiendo derivas a remo. Los equipos que utilizamos mayormente fueron vara #8 de acción media/rápida, líneas de flote cargadas con 100 metros de backing 30lbs, leaders de nylon trenzados combinados con tippets de fluoro carbón, cables de acero de 30 y 40 lbs en colores silver, caramelo, oliva y marrón, moscas secas del estilo Chernopyta, Plocks de silicona densa, streamers medianos y grandes, lastrados y sin lastre, con y sin anti enganche para los diferentes pesqueros. Importantísimo: Revisamos bien todas las conexiones ya que es muy posible conectar con peces de buen porte, robustos y muy fuertes que fácilmente van a poner todos los nudos a prueba, a veces dejando solamente algunas vueltas de backing en el reel. (los nudos y el leader trenzado lo vamos a compartir por nuestras redes sociales –facebook/feathersnflies).

La primera cancha de pesca elegida fue el cauce del Tuyuti, venía muy bajo y nos presentaba algunas dudas, pero de todas formas pensamos que al no estar su altura ideal para la navegación de la mayoría de las embarcaciones podría tener cierta carga de peces que escapan al bullicio general de los pesqueros más concurridos. Arrancamos con streamers de 8 y 10cm simulado mojarras, tratamos de poner diferentes colores y modelos como estrategia, los tiros fueron pegados a los carrizales y enseguida empezaron los piques, afortunadamente tuvimos una mañana de salmones de rio o también conocidos como Pira pita.

Llegando al medio día el guía nos sugiere recorrer uno de los afluentes cambiando el escenario a un pesquero más chico, con poca o nula correntada, lleno de árboles frondosos que reposaban sus ramas sobre el agua, muchas de ellas con frutos maduros, gracias a Ariel tenia las moscas correctas para imitar lo que posiblemente los peces estarían utilizando de alimento. Roberto me explico la técnica de casteo y deriva para poder pescar con los Plocks (llamamos asi a las bolitas que imitan frutos porque este es el sonido que deben hacer al romper la superficie del agua). El correcto casteo consiste en ampliar más el arco de tiro cuando hacemos el Forward cast, es muy prudente manejar la distancia de tiro a unos 15 mts de la costa aprox. EN SILENCIO, sin golpear el casco, sin hablar o haciéndolo en voz baja, tratando de usar el motor eléctrico lo menos posible; con todas estas precauciones no necesitamos hacer tiros a larga distancia por lo tanto muchas veces podemos resolver la pesca solo haciendo Roll casts, de hecho con este tipo de casteo  el sonido PLOCK se produce mucho más correcta y efectivamente. La técnica de deriva es muy simple, muerta o dead drift, dejando profundizar el engaño. Dirigimos cada tiro lo más cercano a los árboles, a la costa y también debajo de las copas de los árboles. Los tiros jugados normalmente tienen más chance de lograr piques, pero el problema es que si enganchamos hay que volver a sacar la mosca del árbol y hacemos mucho ruido en el pesquero bajando así notoriamente las chances, o sea que hay un balance delicado entre el tiro jugado y las chances de pesca.

Habiendo quedado todo esto claro comencé mis primeros intentos en búsqueda de los omnívoros, el primer tiro salió bastante bien, realmente no parecía ser complicado, al segundo intento veo que la punta de la línea se mueve, acto seguido levanto la caña y estoy conectada a una hermosa Pacupeta o también llamado Pacui, emocionadísima por los resultados, foto y al agua. Otro tiro bien puesto y esta vez siento mayor peso, la pelea bien abajo, resulto ser que tan de repente logre el primer Pacú de mi vida, que felicidad, la verdad la pelea no fue tan larga, tal vez porque no había correntada y ese brazo presentaba escasa profundidad.

Había llegado la tarde y el rio estaba demasiado tranquilo, bajamos la medida de las moscas, pusimos una seca para dorado y un streamer mediano de Predator Fibers, continuamos en zona de árboles y tuvimos una tarde muy divertida con varios Pacú reloj, Pacupetas y Salmones. A ultima hora pusimos a prueba las moscas que ato Roberto en los palos sobre el Paraná, en búsqueda de los dorados claro, los tiros fueron al golpe, tratando de llegar al veril y esquivando las ramas sumergidas, peinando palos. El resultado fue excelente, cerramos el día con Salmones de porte interesante, felices y contentos por el buen comienzo.

Nueva mañana, salimos temprano y aguas arriba con rumbo a las islas dos hermanas, otra vez la idea era continuar buscando Pacú, con la misma técnica y teniendo en cuenta que el agua corra moderadamente sobre el sector de pesca, un lugar más lindo que el otro. Lo que nos funcionó a nosotros fue hacer los tiros en los huecos entre árbol y árbol, también notamos mejores resultados en días soleados con plocks negras y en días nubados con plocks de colores vivos, rojo con chartreuse, amarillo con chartreuse, rojo y negro dependiendo de los frutos que tengan los árboles.

(Imitación de fruto de inga simple / hundimiento/ diseñada por Ariel Najle)

(imitación de fruto de Inga compuesto /flotante/ diseñadas por Roberto E. Galbarini)

Por la mañana salieron dos Pacú medianos, hermosos y otro el más grande corto el nylon de Ariel, la potencia que presento ese pez en escasos segundos fue sorprendente, puso todo el equipo al límite, tanto es asi que corto limpio y sin ningún obstáculo un nylon 0.50 de excelente calidad. Así uno aprende, ¿no? De ahí en adelante cambiamos a tippet de fluorocarbon.

Por la tarde el pique en esa zona estuvo flojo pero de regreso encontramos una costa de palos sobre el Paraná que invitaba a hacer un cambio de modalidad, diagramamos gracias a Roberto una estrategia de pesca diferente, en equipo, el que tira desde la proa lo hace con un popper (en esa oportunidad Roberto puso un Pole Dancer 5/0) y el que tira desde la popa lo hace con un streamer, entonces la idea es llamar la atención a los Dorados u otros peces que estén varios metros debajo nuestro, para hacerlos mirar hacia la superficie y que al subir tengan la opción de comer lo que prefieran y así paso, peinando palos empezaron a aparecer los grandes, al ser el agua tan clara se pudo ver como uno de ellos fue directo al Popper, saltó afuera del agua para tomarlo, pero no hubo suerte, la velocidad de la corriente más la fuerza del estripeo para mover tanta agua hicieron que el Dorado no llegue a morder con firmeza, de todas maneras la idea era que subieran, ahí nomás quedo paseando en la superficie el streamer de Ariel que hacia la pasada segundos más tardes y por detrás del recorrido del Popper; el mismo u otro Dorado tomo con desconfianza el streamer pero tras acelerar el estripeo se decidió y embistió la mosca desde atrás con toda potencia, tanto es así que paso de largo el tippet de acero (15 cm.) cortando en limpio el fluorocarbon del 0.50.

La estrategia fue acertada, a seguir probando, Ariel había quedado en shock y de su boca salían toda clase de EXPRESIONES, todas las emociones juntas (algo muy gracioso para ver), ya un poco más calmado y luego de armar nuevamente la conexión con otro streamer, pide volver a hacer ese tramo del rio,  la pasada siguió a dúo, Popper y stremer trabajando juntos para lograr uno de los buenos del Paraná, efectivamente subió uno directo a la mosca de Ariel, exploto el agua, solo se vio la cola que para ser sincera era gigante, apenas toma la mosca sale rapidísimo sin dar tiempo a nada cortando el agua en dirección al medio del rio, la emoción de poder conectar con semejante criatura fue fascinante, que lindo que es pescar Dios mío, por reloj una hora y treinta minutos con apenas unas vueltas de backing en el reel, la  pelea fue muy estresante, lo seguimos un buen rato, Ariel agotado ganaba metros de backing para verlos salir una y otra vez, hasta que el pez logro la profundidad suficiente para meterse en los pedregales y cortar; el silencio fue sostenido y espeso, una perdida para los tres, sin contar que el abdomen y los brazos estaban destrozados, duele cuando das todo y te dan semejante golpiza. Resultado: dorado 1, nosotros 0.

Al día siguiente seguimos con las mismas estrategias en los horarios más apropiados, primera y última hora, durante las horas de mayor luz cambiábamos todo para buscar al Pacú y las especies que lo acompañan. Particularmente ese día tuvimos que enfrentarnos con un fuerte y constante viento que complicaba la navegación y la pesca en la embarcación mediana que estábamos utilizando para hacer pesca silenciosa a remo. Tuvimos que salir temprano del agua y decidimos salir a buscar un poco de distención con idea de aclarar la mente y rearmar planes. Luego de ver los diferentes pronósticos, desistimos, no había mucho más que buscar, por donde miráramos todo se veía igual, Eléctrico, ventoso y con fuertes chaparrones. Decidimos entonces ir directo a charlar con Juan Martin Teitelman de Cabañas Puerto Paraíso Yahape para ver si tenía lugar disponible. Nos recibió muy amablemente y nos hospedo en su confortable complejo. Las embarcaciones con las que trabajan son las apropiadas para batallar el mal clima, pueden llevarlo a uno de un pesquero a otro en escasos minutos y de regreso a la seguridad de la costa en un parpadeo.

Al día siguiente bien temprano después de un exquisito desayuno nos dispusimos a encarar el día a pesar del mal pronóstico. Nuestro guía, Piluti, nos esperaba en su embarcación. Charlamos un rato y decidimos emprender rumbo aguas arriba nuevamente, pero unos minutos nomas de navegación y la lluvia se hizo presente, acto seguido el guía nos comentaba que no le gustaba lo que veía y de común acuerdo regresamos todos sanos y salvos a puerto Yahape. Luego de dos horas el fuerte frente de tormenta eléctrica y lluvia habían cesado para que finalmente pudiéramos volver por la revancha de aquel dorado tan grande que habíamos perdido el día anterior; las expectativas eran altas porque antes y después de las tormentas la pesca suele ser excelente.

Si bien la tormenta había pasado la amenaza de mal clima se hacía sentir dando vueltas hasta donde nos daba la vista, por ese motivo decidimos hacer la pesca cerca del puerto, al parecer no éramos los únicos, definitivamente la pesca vuelve locos a todos. Recién llegados al pesquero Roberto me cede el lugar para que pudiera hacer los primeros tiros, la vara #8 cargada con línea de flote y un streamer que pedía a gritos que lo mordieran, era una de esas moscas que él hace, con buen volumen, buen movimiento pero bien livianas, en color cardenal, cola de plumas de Strung Saddle Pro blanco y un collar combinado en loop con fibras de marabou naranjas y fibras de plumas Spey rojas, para finalizar, ojitos 3D de 7mm. Ariel por otra parte ya estaba preparado y contaba con streamer completamente negro de unos 15 cm. De largo, hecho con Predator Fibers, Craft Fur y Chain Eyes large plateados.

(Caja de mosca, repleta de diferentes modelos y tamaños para la pesca de dorados y salmones de río)

(imitación de Sabalito diseñada y atada por Vicky Ahumada)

Bien posicionada en proa me afirmo y comienzo los tiros, largos, tratando de llegar a la costa, esquivando paleríos para luego poder peinarlos bien desde el fondo, la corriente era de moderada a rápida, por ende los tiros quedaban siempre jugados, a los cinco minutos bajo la llovizna el silencio fue interrumpido por un pique magnifico en la caña de Ariel, automáticamente en segundos tiro la mosca cerca de donde estaba peleando el Dorado, la verdad fue complicado meter el tiro, estando en la proa con el movimiento de las olas y el viento sumándole el terror que tenia de caerme al agua, sentí que lograr ese tiro fue una gran proeza y para el colmo el resultado fue que ni bien la mosca golpéo el agua, salió ese, mi Dorado, el más grande que había conectado hasta el momento, creo que los gritos de emoción se oyeron hasta Buenos Aires, logro clavarlo y estábamos en situación de doblete, como mi Dorado era más grande, Ariel decidió apurar la situación con su pez para que no ocurrieran problemas de líneas cruzadas en el agua; tomaron algunas fotos y rápidamente al agua para que luego de quince minutos pudiéramos izar al que terminaría siendo un integrante más de la embarcación, Arturito fue el nombre que le dimos a ese hermoso ejemplar que rondaría los ocho kilogramos de peso, una felicidad tremenda por el regalo del Paraná, trabajo de fotografía, devolución y a seguir pescando.

Después del mediodía la tarde se nos hizo muy corta y entretenida, bajamos los equipos a números #4 y #6 para dedicarnos a las secas, frutos y pequeños streamers, resultado: cantidad de Salmones, Pacupetas y Pacú reloj.

Al día siguiente directamente no pudimos salir por el temporal, el cielo amaneció tapado y ruidoso, metía miedo el solo hecho de pensar en salir al rio. Planteamos entonces hacer reposición de moscas, totalmente día de atado y un poco de descanso que mal no nos venía. Ese día logramos algunos modelos de moscas nuevos, uno de ellos fue un sabalito pintoresco que se me ocurrió que imitaría a la perfección uno de los platos predilectos del tigre. Ariel ataba diferentes tamaños de Mojarras y Roberto seguía con su patrón de Dorado Spey Intruder, esta vez en negro ya que el agua se había puesto un poco turbia. Salió ese día también una titánica versión de esta última mosca, pero con cuerpo articulado, unos 25cm. de mosca que fueron puestos a prueba para ver que se movía de manera inigualable en el agua y que se dejaba castear muy bien.

Por la tarde ese mismo día las condiciones mejoraron y aprovechamos para salir un rato a hacer unos tiros, salieron algunos Salmones, Palometas y Doradillos.

(Pacú reloj logrado con mosca seca, Caddis °14)

Mañana siguiente, apenas levantados quisimos ver el clima, nublado y con baja presión… mmm, que invitación. interesante, remontamos el rio a toda marcha dirigiéndonos a la salida del arroyo Santa Isabel, los Pacú estaban activos, se escuchaban entre los árboles, en las copa de los mismos los monos a los gritos parecían querer comunicarnos algo. Efectivamente esa mañana el presagio fue correcto, sacamos cuatro Pacú, uno más grande que otro, entreverados salían también los salmones, nos habíamos puesto completamente al día. Por la tarde volvimos a intentar paleríos pero cada vez estaban más tapados por el agua que crecía día a día, así y todo logramos algunas capturas y buenos piques.

Una mañana más en Yahape. A estas alturas que más poder pedir, pasamos varios días completos de pesca en semejante paraíso. Amanece nublado y fresco, algo ventoso, pero genial para navegar, decidimos otra vez hacer los primeros intentos del día con el Dorado, encaramos la pesca por el brazo macho del Paraná, agua abajo del puerto. Logramos varios piques de salmones lindos, pero estaban arremetiendo a las moscas de manera errática, casi tímida, un pique errado tras otro, tal vez era por el agua fría o porque había crecido 50cm de un día para el otro. La racha de suerte seguía de mi lado y claro está, tenía que aprovechar, a media mañana pico un lindo doradito, calculamos que rondaría los cuatro kilos, por lo general cuando clavo lo hago aprovechando la fuerza desde el Butt de la caña y dando fuertes tirones de línea, pero eso para mi amigo no fue suficiente, a centímetros de levantarlo con el copo escupió la mosca, fue muy gracioso ver la cara de mis compañeros que me dijeron de todo mientras se reían; bueno a seguir aprendiendo, con los ojitos húmedos dejamos los streamers y pasamos a los plock, al haber viento hay que tener más paciencia y no desesperarse, caso contrario, la cantidad de golpes que uno puede darse con estos frutitos son innumerables. Llegada la ultima hora después de tanta insistencia Ariel tiene un pique violento, a escasos segundos de pelea intuimos que era un Pacú, pechador y potente, dejaba casi estática la puntera de la caña debajo del agua, el Pacú más grande del viaje hasta ese momento, que lindo ver y disfrutar de la felicidad ajena.

En un abrir y cerrar de ojos ya estábamos transitando los últimos días. Mi anteúltimo día fue bastante duro, los chicos habían sacado gran variedad peces, pero yo nada, aunque sabía que no iba a detenerme por más que no fuera fácil. Por un momento me pude relajar y mirar las cosas desde otro punto, más tranquila para poder conectarme con el rio, para sentirlo y disfrutarlo. Llegamos a un nuevo sector del pesquero, habían 80cm de costa y pegadito nomas venia el veril, con la vista firme para lograr buenos tiros entre hueco y hueco de árboles logro divisar lo que para mí era un tronco, en ese ínterin mi plock venia por el aire, y casi en una jugada maestra corrijo la puntera de mi caña para que el señuelo cayera lo más cerca posible del veril, sorpresivamente eso que había divisado no era un tronco, se movio y tomo el plock, enseguida encaro rio adentro, lo sentía, pero no lo podía creer, lo que peleaba ese animal, no tenía comparación y para mejor había sido a pez vito, en la embarcación estábamos de fiesta, pero al rato el guía Piluti Rondan me comunicaba que el pez ya no estaba más, seguramente había quedado prendido en algún espinel o piedra; los grandes llegan a grandes por algo, pero mi error fue darle más línea de la que tenía que darle, por eso aprendí que cuando uno está ante la posibilidad de una buena captura no tiene que dejar un centímetro de chance al descubierto. Ariel y Roberto no querían aceptarlo pensaron que al hacer ruido se iba a mover de lugar y así por fin sacarlo, definitivamente lo que hacía mover la línea era la correntada, por dentro mío no me molesto porque para sacar un Pacú medio grandecito tenía que aprender.

Otra vez nos dirigimos a la costa, paramos por unos minutos para bajar la adrenalina, una vez logrado ese objetivo retomamos hacia el mismo sector, obviamente quería la revancha, estando en órbita, hacia los tiros impecables (las bolitas tienen un agujero donde pasa el anzuelo y si uno la saca muy fuerte del agua genera un efecto turbina, que no es nada positivo para la pesca silenciosa del Pacú) la verdad cuando vi que hacia eso preferí salir más suave. Diez minutos después vuelvo a tener otro pique, este fue bien al golpe, apenas tocó el agua, volvió a pasar lo mismo, tomo y se fue; no podía creerlo, en tan poco tiempo el Paraná me había regalado otra oportunidad., Totalmente en silencio no podía siquiera gritar ni expresar nada hasta que tuviera la línea en el reel, evitando cometer los mismos errores quince minutos después pude subirlo despacito, con la caña arqueada que daba miedo, un nudo en la garganta y las lágrimas a punto de caer. Los chicos me asistieron en todo momento, Roberto me tranquilizada y Ariel sin perder más tiempo agarro el copo, el Pacú era gigante, una vez subido arriba de la embarcación los tres nos abrazamos y empezamos a gritar como si fuera la final del mundial, ganada por penales, fue el Pacú de mi vida, no podía levantarlo fue algo realmente fabuloso, lo desanzuelamos y devolvimos correctamente para que siga con el curso de su vida. Se podía decir que yo ya estaba hecha, el Paraná me dio una bienvenida inolvidable.

Una pasada más y esta vez le toca a Roberto, misma situación, casi repetido, parecía que esa costa se había cargado por completo. Luego de una dura pelea subimos otro más a la embarcación, un hermoso ejemplar de Pacú que poso un rato para las fotos y fue devuelto también para que otros sigan disfrutando de las bondades de nuestro maravilloso Río.

La pesca y devolución no es una moda de la pesca deportiva, es el único camino posible para que nuestros hijos y nietos puedan conocer a estas hermosas criaturas de la naturaleza.

Hasta la próxima, Vicky!

 

 

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